CANONIZANDO LA GALAXIA: The High Republic: En busca de la ciudad oculta
En este nuevo espacio vas a conocer las historias canonicas más fascinantes a través de una breve narración. Aventuras que hacen de la galaxia un espacio vivo y palpable, en aquellos libros que describen proezas y caos. Este lugar pretende incentivar la lectura, ya que es parte del UNIVERSO de STAR WARS y no sólo eso... LO ENRIQUECE
Hoy se narra: Star Wars: The High Republic: En busca de la ciudad oculta
Star Wars: The High Republic - Quest for the Hidden City
Nombre: Star Wars: The High Republic - Quest for the Hidden City (En busca de la ciudad oculta en español, según traducciones no oficiales).
Autor: George Mann.
Tipo: Novela juvenil (middle grade), dirigida principalmente a lectores jóvenes, pero disfrutable por adultos fanáticos de Star Wars.
Fecha de edición: 1 de noviembre de 2022 (publicado por Disney–Lucasfilm Press). Audiolibro publicado el 22 de noviembre de 2022.
Prólogo:
Siglos antes de las Guerras Clon o el Imperio, en los albores de la Alta República, la galaxia vive una era de exploración. Valientes pilotos trazan nuevas rutas a través del hiperespacio, mientras equipos de Pioneros (Pathfinders) contactan mundos fronterizos para invitarlos a unirse a la República. Cuando un droide de comunicaciones de un equipo de Pioneros es encontrado a la deriva en el espacio, dañado y con un mensaje críptico, la Jedi Silandra Sho y su padawan, Rooper Nitani, son enviadas a buscar a los miembros desaparecidos. Su investigación las lleva al planeta Gloam, un mundo devastado y lleno de rumores sobre monstruos míticos. ¿Podrán las Jedi encontrar a los Pioneros perdidos y desentrañar el misterio de las criaturas? Las respuestas yacen en una ciudad oculta bajo la superficie del planeta...
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, 382 años antes de que la Estrella de la Muerte rasgara los cielos de Yavin, la Alta República florece en una era de exploración y maravilla. Es el amanecer de la Fase II, "Quest of the Jedi", donde valientes pilotos trazan rutas hiperespaciales y los equipos Exploradores extienden la luz de la República a mundos olvidados. Pero en las sombras del Borde Exterior, el peligro acecha, y esta es la historia de un droide perdido, un planeta maldito y los Jedi que desafían la oscuridad para traer esperanza.
Todo comienza con EX-8C, un pequeño droide de comunicaciones, flotando a la deriva en el vacío frío del espacio. Su carcasa está destrozada, sus propulsores retorcidos por una tormenta de asteroides, y sus recuerdos son un torbellino de imágenes: una estrella moribunda devorando planetas, purrgilos danzando entre lunas, y monstruos… sí, monstruos en un lugar llamado Gloam. Su mensaje, fragmentado pero urgente, llega a manos de Kam, un twi’lek de piel azul, y Amos, un theelin de cuernos cortos, ingenieros de comunicaciones en una lanzadera solitaria. Cuando conectan al droide, una voz resuena entre la estática: "Sabotaje… emboscados… Gloam… algo peligroso aquí…" Es Rok Buran, un Maestro Jedi, y su llamada de auxilio sacude la galaxia.
En otro rincón del espacio, la Caballero Jedi Silandra Sho medita a bordo del Umberfall, su escudo de plasma colgado a la espalda como un símbolo de su fe en proteger, no en destruir. Junto a ella está Rooper Nitani, su padawan de 14 años, una chica de Rohm con ojos brillantes y un ansia por aventuras que no puede contener. Dietrix, la piloto de cabello arcoíris, y Obik, el médico callado, completan el equipo. Cuando Kam y Amos los convocan, el Umberfall pone rumbo a Aubadas, pero al llegar, dos planetas gemelos los reciben: uno verde y vivo, Diurna, hogar de los Katikoot; y otro, Gloam, un mundo de roca negra, niebla tóxica y tormentas eternas. El mensaje de Rok no coincide: él no está en Aubadas, sino en Gloam, y el equipo desciende hacia lo desconocido.
En la superficie de Gloam, Dass Leffbruk, un joven prospector de 12 años, caza lagartos entre rocas ácidas con una lanza improvisada. Su vida ha sido nómada, viajando con su padre Spence en la Silverstreak, mapeando rutas hiperespaciales. Pero ahora están varados, su nave dañada, y Spence herido tras un accidente en un carguero minero abandonado. La noche trae aullidos, sombras que acechan: los Hydrara, criaturas de pesadilla que Dass teme en silencio. Cuando el Umberfall aterriza, Silandra y Rooper encuentran a Dass y Spence, y juntos deciden explorar las minas de Gloam, guiados por la esperanza de hallar a Rok y su equipo perdido.
El descenso a las entrañas de Gloam es un viaje a la oscuridad. Las minas, vestigios de una civilización olvidada, están plagadas de túneles colapsados y un mineral radiactivo que brilla como un cristal kyber corrupto. Allí descubren la "maldición del minero", una enfermedad que transforma a los infectados en Hydrara, y a Rok, herido pero vivo, atrapado en una cámara profunda. Rok revela la verdad: su equipo —él, su padawan Maliq y otros— fue enviado a ayudar a los Katikoot, pero Rillik, un Katikoot traidor, los emboscó. Rillik robó el mineral para su pueblo, sin saber que su radiación alimentaba a los Hydrara y lo transformaba a él también. Maliq sucumbió a la maldición, y Rok quedó solo, enviando a EX-8C como su última esperanza.
El caos estalla cuando Rillik, medio transformado en Hydrara, intenta huir con el mineral en una nave robada. Silandra, Rooper y Rok lo persiguen, enfrentándose a los Hydrara en combates frenéticos: Silandra con su escudo brillante, Rooper con su sable láser verde, y Rok, debilitado pero feroz. Dass y Spence, con Dietrix y Obik, corren hacia el Umberfall, pero el suelo tiembla: la ciudad oculta colapsa bajo el peso de su propia historia. En un momento desgarrador, un Hydrara ataca a Dass, pero Rooper lo salva, y Rillik, reconociendo su error, se detiene, suplicando ayuda antes de quedar atrapado en las ruinas.
Con la Fuerza como guía, Silandra y Rooper lideran la huida, el Umberfall despega entre explosiones, y Gloam se hunde tras ellos. En Diurna, los Katikoot, liderados por Mittik, celebran la salvación: el mineral recuperado estabiliza su energía, y Obik usa el caso de Rillik para avanzar en una cura. Rok, recuperándose, entrega a Rooper el sable de Maliq, un legado de sacrificio, y parte con otro equipo. Kam y Amos llegan con noticias: la guerra entre Eiram y E’ronoh ha terminado, un tratado de paz está en camino. Una fiesta ilumina Diurna, y Rooper, mirando las estrellas, siente que su aventura apenas comienza.
Espero que les guste y pronto estaré narrando una nueva historia...
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Abrazos galácticos...
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