CANONIZANDO LA GALAXIA: Star Wars: La Alta República,Camino de Engaño
CANONIZANDO LA GALAXIA
Hoy quiero inaugurar este nuevo espacio donde vas a conocer las historias canonicas más fascinantes a través de una breve narración. Aventuras que hacen de la galaxia un espacio vivo y palpable, en aquellos libros que describen proezas y caos. Este lugar pretende incentivar la lectura, ya que es parte del UNIVERSO de STAR WARS y no sólo eso... LO ENRIQUECE
Comenzamos con: Path of Deceit
En esta oportunidad te contaré una historia en la Era de La Alta República...
Imagina un tiempo de esplendor y exploración, 382 años antes de que el cielo de Yavin se iluminara con la destrucción de la Estrella de la Muerte. Es la era de la Alta República, cuando los Jedi brillan como faros de luz y la galaxia se expande bajo la mirada de los Cancilleres. Pero en los confines del Borde Exterior, en un planeta olvidado llamado Dalna, una sombra comienza a tejerse, sutil como el susurro de la Fuerza misma. Esta es la historia de Camino de engaño, un relato de fe, traición y el nacimiento de un mal que resonará por generaciones.
Todo comienza con un destello de aventura. Kevmo Zink, un padawan Jedi de ojos brillantes y corazón inquieto, llega a Dalna junto a su maestra, Zallah Macri, una Jedi seria y disciplinada. Su misión es simple: rastrear un artefacto de la Fuerza robado. Pero Dalna no es un mundo de holocrones relucientes ni de templos majestuosos; es un lugar de praderas doradas y lodo rosado, donde la vida pulsa con una intensidad casi salvaje. Kevmo, montado en una tabla de skimboard oxidada, se enfrenta a una estampida de tiburones de la hierba, riendo ante el peligro mientras Zallah lo llama desde la distancia. Es un joven lleno de vida, un eco de los Jedi que aún creen en la maravilla de la galaxia.
Mientras los Jedi exploran, otro destino se cruza en su senda. En un complejo apartado, el Camino de la Mano Abierta, una secta que venera una Fuerza "libre" y rechaza su uso por parte de los Jedi, trama sus propios planes. Allí conocemos a Marda Ro, una joven evereni de piel gris y ojos oscuros, cuya fe en el Camino es tan pura como el cristal kyber. Ella sueña con llevar su mensaje a las estrellas, convencida de que la Fuerza debe fluir sin ataduras. A su lado está Yana Ro, su prima, una evereni más curtida y escéptica, que sirve al Camino como una de los "Hijos", un grupo de operativos, pero cuyo corazón anhela libertad más allá de las túnicas azules y grises.
En el corazón del Camino está Elecia, conocida como "la Madre", una mujer de belleza magnética y voluntad de acero. Su voz resuena con una autoridad que doblega a los débiles, y su visión de liberar la Fuerza es tan ambiciosa como peligrosa. A su lado, el Heraldo, un nautolano imponente con tentáculos arrancados, actúa como su mano derecha, un eco de lealtad y misterio. Y luego está Sunshine Dobbs, un contrabandista de nave destartalada y deudas abultadas, que llega a Dalna con una mochila llena de baratijas y una joya púrpura que canta con la Fuerza. Sunshine no lo sabe, pero su llegada es la chispa que enciende esta tormenta.
La trama se tensa como un cable de hiperimpulsor. Kevmo conoce a Marda, y entre ellos surge una chispa, una conexión que trasciende sus creencias opuestas. Ella le habla del Camino, de su fe en una Fuerza sin amos, mientras él, con su curiosidad Jedi, escucha y cuestiona. Pero este destello de esperanza se apaga rápido. La Madre ve a los Jedi como una amenaza, y cuando Kevmo y Zallah se acercan demasiado, desata su arma secreta: el Nivelador. Esta criatura, un ser azul brillante de pezuñas delicadas y zarcillos inquietantes, no es solo un monstruo; es un agente de la Fuerza, un equilibrador que despoja a los Jedi de su conexión antes de convertirlos en polvo. En una caverna bajo el complejo del Camino, Kevmo y Zallah caen, sus cuerpos calcificados en estatuas de agonía, un destino que ningún Jedi podría prever, el cual después será moneda corriente para muchos más, desatando el miedo y haciendo que varios maestros incluido Avar Kriss y Elzar Mann emprendan el viaje más peligroso de sus vidas y quizás sin retorno, para ponerles fin a estas bestias, en la fase final de la Alta República [pero eso es otro historia, que veremos mucho más adelante].
Marda, al encontrar el sable láser de Kevmo, se quiebra. Su fe se endurece; ve al Nivelador como la voluntad de la Fuerza, un castigo para los Jedi que "abusan" de ella. Sostiene el arma de su amigo muerto y jura detener a la Orden que lo corrompió. Yana, en cambio, ve la verdad detrás de la Madre: una manipuladora que usa al Nivelador para su propio poder. El Heraldo, con sus propios planes, nombra a Yana campeona del Nivelador y le entrega la Vara de las Estaciones, un artefacto que arde con energía. Juntos, conspiran para derrocar a Elecia, mientras Marda, cegada por su devoción, se convierte en la "Guía" del Camino, una líder al lado de la Madre.
Sunshine, atrapado por el encanto de Elecia, se une a la causa, llevando su nave, el Scupper, y su lealtad a la Madre. El Camino abandona Dalna en la Mirada Eléctrica, una nave con capacidad hiperespacial, rumbo a Jedha. La Madre sueña con la Vara del Amanecer, un artefacto guardado por los Jedi, y envía a Sunshine previamente como vanguardia. Marda, con el sable de Kevmo en la mano y nuevas líneas azules pintadas en su rostro, promete llevar el mensaje del Camino a las estrellas, mientras Yana, con la Vara de las Estaciones oculta, espera el momento de traicionar a la Madre junto al Heraldo.
El telón cae con un eco de oscuridad. El Caballero Jedi Azlin Rell llega a Dalna demasiado tarde, acompañado solo por su droide C-9. En las cuevas del Camino, encuentra los restos de Kevmo y Zallah, reducidos a polvo y tela rota. La Fuerza, que siempre lo ha guiado, se siente tenue, y un miedo profundo lo invade al tocar los restos. Sabe que algo terrible ha nacido aquí, algo que amenaza a la Orden misma. Mientras el Mirada Eléctrica surca el espacio hacia Jedha, el Camino de la Mano Abierta se transforma en una fuerza que desafiará a los Jedi, portando el Nivelador como un arma y una fe que podría consumir la galaxia.
Espero que les guste y pronto estaré narrando una nueva historia...
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Abrazos galácticos...
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